La historia estalló el pasado lunes, cuando una presentadora de un canal de televisión hispano aseguró que unas fuentes de confianza le informaron que el intérprete había sido ingresado en un hospital, sin especificar más datos.
Con las horas ese rumor fue engordando y desde diferentes lugares se fueron añadiendo elementos para completar un rompecabezas sobre lo que le estaría pasando a Luis Miguel.
Primero se situó el centro médico donde estaría ingresado en Los Ángeles EE UU, el Cedars-Sinaí, cuyo gabinete de relaciones públicas evitó entrar a valorar los rumores.
Se contaba que el cantante se estaba sometiendo a una prueba de ADN para descubrir quién es su verdadero padre, aunque esta información no tuvo continuidad.
Luego más testimonios anónimos de personas supuestamente cercanas a Luis Miguel explicaron que el cantante padecía una enfermedad producida por una bacteria en sus pulmones y que los antibióticos que se tomaba le habían producido una reacción gástrica.
Durante las últimas horas del jueves, en la red social Twitter se propagó la idea de que Luis Miguel habría muerto, lo que produjo cierta confusión ya que la noticia se refería a un deportista y no al intérprete.
Para el viernes, nuevos testimonios anónimos anunciaban la salida del cantante del hospital, en silla de ruedas y con visible debilidad, lo que pondría fin a este culebrón de opacidad informativa en el que bien podría no haber pasado nada.
Fuente. 20minutos.es
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